Por Rubén Anguiano y Mariano Hernández
La estomatitis vesicular equina está actualmente circunscrita a América, pero tiene importancia sanitaria en todo el mundo ya que está incluida en la lista de enfermedades de declaración obligatoria de la Organización Mundial de Sanidad Animal, y puede suponer problemas al movimiento de caballos entre países.
MVZ MSc Rubén Anguiano Estrella
MVZ Mariano Hernández Gil
La estomatitis vesicular (EV) es una enfermedad infectocontagiosa de los caballos causada por un vesiculovirus del cual hay dos serotipos de mayor importancia clínica en América del Norte: cepa New Jersey y cepa Indiana, que afecta también bovinos y cerdos.
La EV es una enfermedad del Hemisferio Occidental endémica en México principalmente en los estados del sur y centro (Veracruz, Tabasco, Chiapas, Puebla, Oaxaca, Guerrero) con casos esporádicos en el norte del país. La enfermedad es también endémica en Centro y Suramérica.
En México, coloquialmente es conocida como “yerba” (hierba) o “meada de tarántula” por existir el mito ancestral de que este arácnido venenoso provoca la enfermedad, al orinar la banda coronaria o picar en esa área. Se le conoce también como “boca pelada” y “nariz dolorosa”.
Se transmite por contacto directo y, como todos los arbovirus, lo hace también a través de insectos mosquitos, moscas hematófagas y otros artrópodos.
El virus de la EV tiene reservorios biológicos de la fauna silvestre incluyendo coyotes, mapaches, linces, nutrias, guajolotes salvajes, borregos cimarrones, liebres, ratas, armadillos, zorrillos, venados, monos, etc.
Existen factores de riesgo que facilitan e incrementan el contagio de los caballos en los que se incluye el pastoreo libre, el pastoreo con ganado, los potreros pedregosos, estaciones lluviosas y las caballerizas construidas cerca de aguas corrientes y anexos a áreas de vegetación lujuriosa donde es más densa la población de vectores. Los potreros pedregosos lesionan fácilmente las coronas del casco, lo cual facilita el ingreso del virus. También es predisponente el pastoreo en áreas de pastos barbudos como el gigante, que cortan los labios, carrillos, lengua y encías.
Síntomas clínicos
Síntomas clínicos
Los signos clínicos aparecen después de un periodo de incubación de 3-7 días y se inician con fiebre, ptialismo y anorexia (Knight AP, Messer NT, 1983; Bennett DG, 1986). Luego aparecen típicas lesiones vesiculares en la mucosa oral, dorso de la lengua, belfos, encías, paladar y unión mucocutánea (Reif JS, 1994). Las vesículas en corto tiempo se rompen dejando ulceraciones y erosiones de 1-2 cm de diámetro, coalescentes, dolorosas y desnudas de epitelio. Las lesiones vesiculo-ulcerantes afectan también ubres, líneas del bajo vientre, prepucio y la típica coronitis con edema, inflamación y formaciones costrosas de las cuales el virus puede aislarse (Carbrey EA, 1984).
La coronitis viral produce necrosis celular que se contamina e induce infección bacteriana secundaria, que afecta la dinámica vascular del casco y células formadoras de queratina, y se forma una grieta anillada típica que va descendiendo conforme el casco va creciendo. La laminitis crónica leve es secuela invariable que deja manifestaciones anilladas de por vida.
Las lesiones afectan generalmente uno o ambos miembros anteriores. Los brotes que he observado en México no son explosivos y afectan uno o dos caballos en criaderos. En los caballos estabulados las afectaciones son menos frecuentes y en los équidos de trabajo, asnos y mulas existe mayor incidencia sobre todo en zonas serranas de Veracruz, Puebla, Chiapas y Tabasco.
Diagnóstico de la enfermedad
El diagnóstico se fundamenta en la signología clínica típica y la comprobación por técnicas serológicas de neutralización del virus, que es considerada como prueba oficial por la organización mundial de la salud y reconocida también en los tratados de comercio internacional de equinos (Schmitt B, 2000).
Existen técnicas diagnósticas como el aislamiento viral y el diagnóstico se hace por serología. En México lo lleva a cabo el laboratorio oficial de CONASA (Comisión Nacional de Salud Animal), perteneciente al Gobierno Federal. El diagnóstico también puede obtenerse por la técnica PCR que detecta el material genético viral (Hofner MC, 1994).
Tratamiento
La EV es una patología autolimitante y no tiene tratamientos específicos. La aplicación de soluciones de bicarbonato o acetato de cholrhexidina* en la boca producen una recuperación en 7-14 días.
Las lesiones de la corona requieren higiene y aplicación de antiséptico o antibióticos locales, y no deberán usarse soluciones caústicas como el cloro o la gasolina para quemar las ulceraciones en este área
El tratamiento médico incluye también alimentación blanda por unos días.
Se requieren medidas estrictas de bioseguridad para evitar el contagio y la diseminación de la enfermedad.
La EV puede contagiar a las personas pero la enfermedad que causa es benigna, caracterizada por fiebre, dolor muscular y malestar generalizado.
La infección natural por el virus de la estomatitis vesicular no produce inmunidad permanente y ésta dura solamente entre 6 y 8 meses, por lo que la reinfectación es posible en años subsecuentes.
Bibliografía
Bennett DG: Vesicular stomatitis, Proc Am Assoc of Equine Pract 32:399-403, 1986.
Carbrey EA: Laboratory diagnosis of vesicular stomatitis. In Proceedings of the International Conference on Vesicular Stomatitis, 1984, Mexico City, pp 446-456.
Hofner MC, Carpenter WC, Ferris NP, et al: A hemi-nested PCR assay for the detection and identification of vesicular stomatitis virus nucleic acid, J Virol Methods 50:11-20, 1994.
Knight AP, Messer NT: Vesicular stomatitis, Compend Cont Educ Equine Pract 5:2-6, 1983.
Schmitt B: Vesicular stomatitis. In OIE manual of standards for diagnostic test and vaccines, ed 4, 2000, pp 93-99.
Reif JS: Vesicular stomatitis. In Beran G, editor: Handbook of zoonoses, Boca Raton, Fla, 1994, CRC Press.
Anguiano R, Anguiano J, et al. Reporte de dos casos de Estomatitis Vesicular Equina, CUCBA. 2006
*Nolvasan Solution®. Acetato de clorhexidina 20 mg, vehículo cbp 1 ml. Fort Dodge Animal Health México.
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