jueves, 29 de octubre de 2009

Corrección del defecto en el cierre umbilical

Las hernias más comunes en cachorros son los defectos en el cierre umbilical.
Por
Amaya de Torre

Para corregir las hernias umbilicales mediante cirugía es conveniente esperar hasta los seis meses de vida del animal, porque en ocasiones el anillo herniario cierra de forma espontánea antes de esa edad lo cual hace innecesaria la intervención.


Los defectos en el cierre umbilical son, como hemos indicado anteriormente, las hernias más comunes en los cachorros. Suelen ser reducibles y su contenido se compone de grasa abdominal en la mayoría de los casos. Esperaremos hasta que el cachorro tenga más de 6 meses de edad antes de realizar la cirugía porque puede ocurrir que el anillo herniario cierre de forma espontánea en los primeros meses de vida.
En el caso que se describe aquí, el paciente tiene siete meses de edad. Su propietario comenta que la hernia ha crecido un poco en las últimas semanas y últimamente la zona está más dura y el cachorro se queja cuando le tocan.
Se recomienda la resolución quirúrgica de la hernia.

Tratamiento quirúrgico
Para ver las fotografías de la intervención, entre abajo en etiquetas a galeria de fotos hernia umbilical.
Se coloca al animal en decúbito supino, y se prepara la zona abdominal asépticamente (figura 1).
Se incide la piel alrededor del defecto formando un óvalo y se diseca el tejido subcutáneo en busca de los bordes del anillo herniario (figura 2).
Una vez localizado el anillo, se eliminan las adherencias que se hayan podido crear entre éste y el contenido herniario.
En este caso existían bastantes adherencias, que se fueron disecando con cuidado bordeando el anillo herniario hasta que quedó totalmente liberado (figuras 3 y 4).
En la disección del anillo herniario se debe tener mucha precaución para no lesionar el tejido que puede estar adherido a él.
Dado que el epiplón que se encontraba en el saco herniario estaba isquémico se decidió extirparlo.
Para llevar a cabo esta maniobra hay que realizar varias ligaduras con el fin de evitar el sangrado intraabdominal de los vasos que acompañan al omento.
Si la hernia hubiera sido reducible, introduciríamos el contenido en el interior del abdomen y no haría falta la colocación de las ligaduras. Pero en este caso, se trataba de una hernia incarcerada y hubo que eliminar la porción de omento herniado (figura 5).
Tras el corte, se introduce con cuidado el resto de omento en el interior del abdomen (figura 6).
Como se han eliminado las adherencias alrededor del anillo herniario, esto nos ha servido para reavivar los bordes del mismo y mejorar la cicatrización posterior. Se realiza el cierre del defecto con puntos sueltos en U con material absorbible. Optamos por estos puntos porque puede haber cierta tensión en la incisión (figuras 7 y 8).
La piel se cierra siguiendo la técnica elegida por el cirujano, recomendado en estos casos el empleo de una sutura interrumpida de material sintético monofilamento.

El abdomen craneal
Este artículo ha sido extraido del libro "El abdomen craneal", de la editorial Servet.
El libro es el tercer volumen de la obra "Cirugía en la clínica de pequeños animales", que describe las principales intervenciones quirúrgicas que se realizan en el abdomen craneal del perro, el gato y el hurón. Esta obra, de gran acogida entre los profesionales, destaca por la gran calidad de sus imágenes y la descripción, paso a paso, de cada técnica quirúrgica con casos clínicos reales.
Si desea ver el índice de contenidos y una muestra del libro, haga clic aquí
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